Cómo controlar y tratar la enfermedad renal crónica

Si los riñones no funcionan bien, los residuos tóxicos y el exceso de líquido se acumulan en el organismo y pueden provocar hipertensión, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares e incluso la muerte. Puede tomar medidas para proteger sus riñones con la ayuda de sus proveedores de atención médica.

Los proveedores de atención médica se centran en disminuir la progresión del daño renal intentando controlar la causa del daño. Sin embargo, puede ser que incluso el control de la causa no evite que el daño renal progrese a una insuficiencia renal terminal, la cual puede ser mortal si no se sustituye la función renal defectuosa con diálisis o mediante un trasplante de riñón.

Dependiendo de la causa de la enfermedad renal, el médico puede recetarle uno o varios de los siguientes medicamentos:

  • Un inhibidor de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA) o un antagonista de los receptores de la angiotensina (ARA) para reducir la presión arterial y evitar que empeore la función renal.
  • Inhibidores del cotransportador sodio-glucosa-2 (SGLT-2).
  • Medicamentos específicos para el tratamiento de la glomerulonefritis, el lupus y otras enfermedades.
  • Fosfato aglutinante si sus riñones no pueden eliminar el fosfato.
  • Un diurético para ayudar a su organismo a eliminar el exceso de líquido.
  • Medicamentos para reducir los niveles de colesterol.
  • Eritropoyetina para producir glóbulos rojos si tiene anemia.
  • Vitamina D y calcitriol para prevenir la pérdida de masa ósea.

Inhibidores de SGLT-2

Una nueva generación de medicamentos para la diabetes podría ayudar a los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC). Los medicamentos conocidos como inhibidores de SGLT-2 actúan impidiendo que la glucosa sanguínea sea absorbida por los riñones. Otro tipo de medicamentos, los agonistas del receptor GLP-1, imitan una hormona que ayuda al páncreas a producir insulina. Estos medicamentos favorecen y mantienen unos niveles saludables de glucemia (glucosa en la sangre). No solo reducen drásticamente las muertes por enfermedad renal, sino que pueden disminuir las tasas de insuficiencia cardiaca y muerte por causas cardiovasculares. Su nefrólogo puede recetarle estos medicamentos para el tratamiento de la enfermedad renal crónica tanto en diabéticos como en no diabéticos.

Diálisis

La enfermedad renal terminal se produce cuando las funciones renales fallan por completo. La insuficiencia renal completa provoca la muerte si no se trata con diálisis o trasplante de riñón.

La diálisis sustituye parcialmente la función renal eliminando los productos de desecho y el exceso de líquidos del organismo. La diálisis no sustituye otras funciones renales, como las hormonas que producen los glóbulos rojos y ayudan a mantener los huesos fuertes.

Existen dos tipos principales de diálisis:

  • La hemodiálisis es un tratamiento que hace circular la sangre a través de una máquina que elimina los productos de desecho y el exceso de líquidos. A continuación, la sangre se devuelve al organismo. En promedio, la hemodiálisis se realiza durante cuatro horas tres veces por semana. Existe un programa de capacitación de cuatro a seis semanas para realizar hemodiálisis en casa.
  • La diálisis peritoneal suele realizarla una persona por la noche en su casa. Consiste en introducir una solución de diálisis directamente en el abdomen a través de un catéter. La solución ayuda a eliminar los desechos y el exceso de agua, que luego se drenan por el mismo catéter. Se añade una nueva solución para continuar el proceso de limpieza. Hay dos tipos de diálisis peritoneal:
    • Diálisis peritoneal ambulatoria continua (CAPD), que implica un cambio de la solución de diálisis cuatro veces al día.
    • Diálisis peritoneal cíclica continua (CCPD), que utiliza una máquina para llenar, retirar y rellenar automáticamente el líquido de tres a cinco veces durante la noche.

Trasplante de riñón

El trasplante de riñón consiste en sustituir los riñones que han fallado por completo por un riñón sano. El riñón sano puede obtenerse de dos fuentes:

Donantes vivos

La mayoría de los donantes vivos son familiares, parejas o amigos. Es seguro donar un riñón, ya que una persona puede llevar una vida normal con un riñón sano.

En ocasiones, una persona se ofrece como voluntario para donarle un riñón a alguien que no conoce. En esta situación, el centro de trasplantes puede pedir a la persona que done un riñón cuando sea compatible con alguien que esté esperando un riñón en su zona. Es lo que se denomina donación renal emparejada.

A veces, un candidato de trasplante tiene a alguien que quiere donarle un riñón, pero las pruebas muestran que el riñón no es compatible. Otra opción es la donación renal conjunta (KPD), también llamada intercambio de riñones. Consiste en intercambiar riñones de un donante vivo para que cada receptor reciba un trasplante compatible. La Red Unida para Compartir Órganos (UNOS) trabaja con centros de trasplante de todo Estados Unidos para buscar casos en los que el donante de cada pareja sea compatible con el receptor de otra pareja (o varias parejas). Mediante el intercambio de donantes, se puede encontrar un donante compatible para ambos receptores.

Donantes fallecidos

Los riñones de donantes fallecidos suelen proceder de personas que deciden ayudar a salvar a otras personas donando sus órganos cuando mueren. Todos los donantes son examinados cuidadosamente para asegurarse de que la compatibilidad es adecuada y evitar enfermedades transmisibles u otras complicaciones.

En promedio, las personas esperan entre dos y cinco años para recibir un riñón de un donante fallecido, según la Fundación Nacional del Riñón (en inglés). Normalmente es más rápido recibir un riñón de un donante vivo.

Vivir con una enfermedad renal crónica

La mayoría de las personas con enfermedad renal crónica que reciben tratamiento para la enfermedad renal nunca llegan a padecer insuficiencia renal. Por eso es importante que acuda a todas sus citas y que trabaje con sus proveedores de atención médica en un plan de tratamiento.

La enfermedad renal crónica no tratada puede conducir a la muerte. Pero muchas personas, incluso aquellas con insuficiencia renal terminal que son tratadas con diálisis de mantenimiento o mediante un trasplante de riñón, viven una vida larga y feliz. Según el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (en inglés), la principal causa de muerte en personas con enfermedad renal crónica son las cardiopatías, no la insuficiencia renal.